Las treinta y cinco empresas que forman el Ibex 35, son auditadas por las cuatro grandes sociedades de auditoría, las denominadas “Big Four”.
Esto queda muy claramente reflejado en las empresas que cotizan en el Ibex-35, donde las cuatro grandes sociedades de auditoría, denominadas “Big Four”, se reparten las auditorías de las treinta y cinco empresas que cotizan en el mismo. Estas cuatro grandes empresas son: KPMG, Deloitte, PricewaterhouseCoopers y Ernst & Young.
Además, este oligopolio no solo ha existido durante este último ejercicio 2011, sino que se lleva produciendo desde más allá del año 2000. Durante estos once años, jamás se ha introducido una sociedad que no fuera una de estas cuatro grandes. Tan solo existió durante el periodo 2000 al 2002 una sociedad que no fuera una de las ya citadas “Big Four”. Esta empresa era Arthur Andersen, que formaba parte de lo que ahora se llama “Big Four” y que anteriormente cuando esta compañía existía se denominaban “Big Five”.
Arthur Andersen desapareció en el año 2002, debido a que se vio envuelta en el escándalo financiero de Enron. Esta circunstancia la única variación que produjo fue que todas las empresas del Ibex-35 que auditaba Arthur Andersen pasasen a ser auditadas por Deloitte, excepto Inditex que pasó a ser auditada por KPMG, debido a que Deloitte España se fusionó con Arthur Andersen.
“En el año 2002 Arthur Andersen se fusionó con Deloitte España”.
La principal sociedad de auditoría en el Ibex durante el año 2011 fue Deloitte, siendo además la más importante en España. Deloitte audita hasta quince empresas del Ibex-35 durante 2011, casi la mitad de todas las que forman el Ibex.
“Deloitte facturó 476 millones de euros en 2011 en nuestro país”.
Para 2012 Deloitte reafirmará más aún su liderazgo dentro del Ibex, ya que ha conseguido la auditoría de las cuentas anuales del ejercicio 2012 de tres empresas más, como son: Abengoa, Abertis e Inditex. Abengoa y Abertis en el ejercicio 2011 fueron auditadas por PWC, mientras que Inditex por KPMG. Deloitte ahora se sitúa si cabe con más ventaja sobre su competencia, auditando dieciocho empresas del Ibex-35, más de la mitad. Por su parte, PricewaterhouseCoopers pasa ahora a ser la tercera sociedad de auditoría, auditando seis empresas del Ibex y Ernst & Young se sitúa segunda con siete. KPMG sigue siendo la última sociedad de auditoría en cuanto a empresas del Ibex auditadas se refiere, auditando únicamente cuatro.
Una de las causas que provocan esta concentración que existe en el mercado español de las auditorías de cuentas anuales es la reputación y prestigio que supone para una empresa el ser auditada por unas de las cuatro grandes sociedades de auditoría. Por ello, las grandes empresas del Ibex escogen a las “Big Four” para que sean sus auditores ya que traslada a los socios y accionistas de las empresas un marchamo de credibilidad, confianza y calidad.
Además, las grandes sociedades del Ibex-35 son multinacionales que están presentes en innumerables países del mundo, lo que supone que para que se auditen las cuentas de las mismas de forma simultánea y coordinada, sea necesario que las realicen grandes sociedades de auditoría también presentes en varias partes del mundo.
Otra causa que provoca el oligopolio es la competencia de precios existente, en la cual las “Big Four” parten con ventaja y en muchos casos realizan trabajos con precios inferiores a los del mercado global. Precios a los que no pueden llegar pequeñas sociedades de auditoría.
“El Libro Verde, en el cuál se proponen medidas para eliminar la concentración del mercado de auditoría, fue publicado en 2010 por la Comisión Europea”.
Para solucionar la concentración del mercado de auditoría, en el “Libro Verde” se propone que al igual que en Francia sea obligatoria la realización conjunta de la auditoría en las sociedades que cotizan en bolsa, por parte de varias compañías de auditoría para así dinamizar el mercado y que empresas medianas de auditoría puedan entrar en el mercado cerrado. Además, se propone tener un plan de emergencia para casos de desaparición de una sociedad de auditoria de las denominadas grandes, sin que los posibles riesgos fuesen contagiados al mercado.
Otra medida que se propone para eliminar el oligopolio es la rotación obligatoria de las compañías de auditoría y de los socios auditores firmantes de las cuentas anuales. Dicha medida además de intentar paliar el problema del oligopolio que existe, también ayudaría a mantener la independencia.
En cuanto a lo referente a la independencia, en el “Libro Verde” se propone que las sociedades de auditoría no puedan prestar simultáneamente otros servicios como consultoría o asesoría a la entidad auditada. Además, sugiere que los auditores no sean remunerados por la propia empresa, y se pide que el nombramiento y el periodo para el cual sea nombrado el auditor sea responsabilidad de una autoridad reguladora.
Ante estas medidas propuestas por la Comisión Europea, la respuesta de los profesionales del sector fue muy clara, siendo contrarios a las mismas y fundamentalmente a aquellas como son la obligatoriedad de rotación de la sociedad de auditoría y la prohibición a prestar otros servicios además de la auditoría. En su opinión, se disminuiría la calidad de la auditoría y aumentarían los costes. También argumentan que realizar auditorías conjuntas supondría una carga económica excesiva para las empresas, y no creen que la concentración del mercado de auditoría suponga un riesgo sistemático si una de las cuatro grandes sociedades tuviese algún percance.
“Los profesionales de la auditoría de cuentas son contrarios a la mayoría de medidas propuestas por el Libro Verde”.
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